Este Daniel, no el de los dibujos animados, sino el Presidente del Ecuador, no solo que es un travieso sino también perverso. Travieso al momento de beneficiar a su familia con contratos para los desayunos escolares, almuerzos para las personas privadas de la libertad y hasta con la provisión de cierto tipo de combustible a Petroecuador. Pero también, como buen niño que parece, es perverso. No porqué diga la verdad sin filtros, sino porque hace todo lo contrario. Mintió para ganar, miente para gobernar y miente para buscar su reelección. Miente con mala fe.
Así es un hecho que tiene la estrategia de anunciar que nos dará un necesario e imprescindible palazo de ocho más horas de cortes de energía eléctrica. Nos recomienda que vayamos temprano a casa, que compremos velas, pitos y, si sobra plata, hasta un poco de comida. Nos deja en suspenso. Hace una pausa, respira y a continuación lo reduce o divide en varias o medias jornadas los cortes, para que, al mejor estilo de los ecuatorianos, digamos con alegría infinita qué bueno que es, tanto que damos gracias hasta a Quaker, ya que no son tantas horas que pasaremos sin poder eléctrico. Así que bajamos el lomo y decimos contentos " Deme patrón, deme..."
Danielito descuida el mantenimiento del sistema eléctrico, al igual que antes lo hicieron sus compañeros de travesuras, Moreno y Laso, de allí que está consciente que se vienen los apagones, a pesar de la ley no más apagones que hizo aprobar en la Asamblea, y entonces nos anuncia, todo cándido y con pinta de cuasi estadista, como su gran obra la contratación de los viejos sistemas de barcazas para que generen electricidad a precios de tiempos de escases. Lo que, a pesar de encontrarnos en el nuevo Ecuador, nos traslada a los viejos tiempos socialcristianos y compañía. Y, otra vez, los buenos e ingenuos ecuatorianos le decimos, felices y agradecidos, “Deme patrón, deme…”
Es toda una tragicomedia en la que el personaje principal mata de hambre, mantiene sin salud y educación a sus empleados y trabajadores, le sube los impuestos, le mete miedo con la inseguridad, declara un presunto conflicto armado interno, luego regala, por no decir, bota las sobras de sus banquetes para que se alimenten sus súbditos, eso sí, con la condición que ofrezcan una misa en acción de gracias. Claro que en este caso se trata de una caso de la vida real por tanto esas gracias hay que dar, al nieto de Luis Noboa Naranjo (oligarca) quien, según Jaime Roldós, tuvo como su insolente recadero a León Febres Cordero.
Así que ¡Viva el cinismo, viva la mentira y viva la perversidad que reinan en medio del odio, la ignorancia y el quechuchismo de la gente impuesto por Guillermo Lasso!, aquel del “mi importa un pito” Pero también de la mediocridad del “arroz con huevito” que fue una bandera de lucha de incendiario convertido en bombero servicial de la derecha rancia y retrógrada de este país (Lenín Moreno).
A esta altura, siete años después que comenzaron a gobernar estos tres bárbaros, qué duda cabe que todos Moreno, Lasso y Noboa han resolvido el problema de un presunto Estado obeso, al que le pusieron un by pass o quizá una banda gástrica, con la intención velada de reducir sus medidas, para que los empresaurios de siempre estén listos, en una muestra clara de presunto amor a la Patria, para llevarse el santo y la limosna de los negocios como el petróleo, la electricidad o la seguridad social.
Todo, mientras gran parte de la galería aplaude y no deja de aplaudir, puesto que el dedo acusador continúa apuntando, gracias al gentil auspicio de los grandes medios de comunicación y sus estrellitas, a Rafael Correa como el culpable de todos los males del Ecuador, incluidas las elecciones de tres presidentes cuyas hojas de vida seguramente están inundadas de palabrería barata, sin brillo alguno pero con muchas ambiciones personales y familiares. Un trío de perversos al que el Estado les importa un pito o les vale un arroz con huevo en medio de una sonada parranda española con pasaporte especial.
Solo una aclaración final, Correa sí es culpable de haber escogido como candidato a la Presidencia de la República a zurdo convertido en alfombra roja de la oligarquía como Lenín Moreno. El resto es historia en carne viva que la sobrevivimos los ecuatorianos cada día desde aquella tamaña equivocación.
CAM
18/09/2024