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PORTADORES DE SABERES


No sé si la música es parte del urdimbre o es parte de la trama del tejido social de nuestro Ecuador, si es urdimbre se extiende  en las distancias necesarias desde que sale el sol en la Amazonía poniendo el tibio calor sobre el dosel vegetal, despertando con el arco musical vocal ancestral en los toques de la cuerda digitados por el hombre que saluda el amanecer agrandando o achicando su cavidad para representar sonidos graves o agudos y la niña que lo acompaña sobando con el filo de su manecita el caparazón untado de cera de chullumbo (abeja) marcando el pedal de la marcha yumbo añeja.


El sol marca la zona andina, despertando arpas, guitarras, requintos, flautas, payas y rondadores de plumas de guarro. Mandolinas trasnochadas, guitarras rajadas, bombos y tambores se recogen a dormir la larga jornada de serenata.


Las bandas musicales madrugan para asistir a las fiestas patronales, suben al bus que sale donde la Churonita, al Huayco, a la gruta de la paz, a Angamarca, a Zumbahua y Las Naves.


El sol en el litoral escurriéndose entre el cacaotal, alumbra las tablas de chonta de la marimba colgada de las vigas del techo. Los tambores cununos y maracas calientan motores para arrancar la mañana al olor del agua zurumba.


La montubiada y los cholos entonan sus sones montubios recordando a Don Eloy, Luis Vargas Torres y la guerra de Conchas.


En el mar el sol aparece pintando de oro las olas más altas donde los cholos pescadores arrastran y cobran sus redes y atarrayas.


En Galápagos las centenarias tortugas escuchan el canto de las olas, de los pelícanos y alcatraces y se lamentan estar condenadas al silencio junto a las iguanas, pero saben que los delfines, cormoranes, gavilanes y pinzones de Darwin, cantarán siempre por ellas.


Si la música sería trama saltaría entre los urdimbres, esquivando en los colores, como lo hace Carapaz subiendo montañas, disfrutando valles, toma la pista la bomba con la chispa de Milton Tadeo y la gracia de las tres Marías, la banda mocha entona con sus juncos mirlitones las crónicas ancestrales entre cepos y cadenas que irrumpen con el cimarronaje a toque de azada, para vivir el jolgorio en el palenque.


La fiesta del Inti Raymi es promesa de canto y celebración, las campanas a la espalda marcan el zapateo y el juyayay. Sigue la trama creciendo en la mama negra de la Virgen de las Mercedes y revive en carnaval para festejar la huida, el regreso, la migración.


Más al sur la bocina truena para confundirse con la chirimía vibrante de sonido elevado.


Toda la trama urbana se entreteje en la memoria, se valida con la historia de las luchas libertarias. Este tapiz de colores paralelos a la mitad del mundo, se anclan en el saltashpa, el cachullapi, el yaraví, en la tonada febril en el sanjuanito alegre y amanece a ritmo de albazo con inspiración de poetas, es entonces cuando irrumpe el infinito pasillo palpando corazones en abandono, en idilio y despedida. Siempre es en el pasillo donde crece la urdimbre y la trama, hay sentimientos cruzados, nudos entrelazados, emociones no resueltas. Pasiones no expresadas. Amores no concluidos, cantados a gritos desafinados de desgarrador dolor en garganta de lija.


La Fundación Pasillo Ecuatoriano FUNPA, bajo la batuta de Paco Godoy, Julio Bueno, Mario Godoy, propusieron al Ministerio de Cultura y Patrimonio y al Instituto de Patrimonio Cultural el reconocimiento de diez personajes de la música y la cultura nacional.


Justamente en la celebración del 47 aniversario de creación del INPC, el Ministerio de Cultura y Patrimonio, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, realizaron la entrega de Certificados de reconocimiento a la CONSERVACIÓN Y SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL en la categoría de “PORTADORES DE SABERES” a:

Carlos Enrique Mantilla Ortega

Manuel Patricio Mantilla Ortega

Ataulfo Reinaldo Tobar Bonilla

Luis Alfonso Bravo Aucancela

Carlos Gonzalo Freire Soria

Edgar Marcelo Bustos Mendieta

Víctor Eloy Sisa Cocha

Enrique Fabián Sánchez De La Vega

Jorge Terreros Ortiz

Víctor Manuel Lema Villarroel


Qué gran responsabilidad seguir cargando el poncho de colores del tejido de la música y la cultura en nuestro país, que honor ser trascendente en la conservación y la salvaguarda del Patrimonio Cultural.

 

Ataulfo Tobar


 
 
 

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